Capitulo 4
Los días anteriores a la luna llena Juan se había dedicado a hacer una fortalece
para poder contener a la bestia dentro de él, por eso es que esa semana nadie
lo había visto, era que estaba encerrado. Martha por su curiosidad vuelve a la
casa de su amigo, espera que la servidumbre salga por la tarde y entra a
escondida a la casa, mira por todos lados, sube al segundo piso y no encuentra
nada, cuando estaba bajando las escaleras, escucha un horrorifico aullido AUUUUUUUU. Que la deja quieta y sin
saber qué hacer, el aullido provenía del sótano de la casa, ella se baja
despacio y abre una puerta que la lleva a una especie de cava de vinos, la cual
tenía una puerta blindada, ella trata de abrir la puerta pero no puede, en ese
momento escucha ruidos y se esconde detrás de unos barriles, se da cuenta que
es el mayordomo trayendo una bandeja con carne cruda, el abre una ventana
pequeña que esta al pie de la puerta y
mete por ahí la bandaje, Martha no hace sino escuchar el mastique de la carne y
de los huesos detrás de la puerta. Se pregunta ¿Qué puede tener escondido Juan
ahí? Espera calmadamente hasta que el mayordomo sale del desván.
Ya se había ido, cuando de repente escucha
ese aullido largo y lastimero, colocándole los pelos de punta, se da cuenta que
sale de la habitación detrás de la puerta blindada y se detiene a pensar si
abre o se va, ella decide mejor esperar otro tiempo más, estando allí empieza a
sentir como arañan las paredes y rompen cosas dentro de aquella habitación,
lejos esta de imaginar que detrás de esa puerta está el amor de su vida.
Ya tarde en la noche Martha toma valor y se
agacha, para abrir la puerta por donde pasaron los alimentos, y se da cuenta
que hay un hombre tirado en el piso desnudo, ella lo llama Juan, Juan; Juan
¿eres tú?, el hombre sin alientos voltea la cabeza y le dice ¡tú qué haces
aquí? Yo estaba muy preocupada porque no sabía nada de ti en una semana y por
eso me vine haber que te había pasado, el le contesta, a mi no me pasa nada,
entonces porque te tienen encerrado, no lo entiendo, Juan se queda mirándola,
cuando en ese momento empieza a transformarse, le dice ¡váyase! , Váyase, ya…. No le quiero hacer daño, pero porque me
vas hacer daño, deja y yo te saco de aquí; no, quiero que tú te vayas de mi
casa y de mi vida para siempre, pero ¿ por qué????. En ese momento Martha es
testiga de lo que le pasa a su amor y se espanta mucho, se separa de la puerta
y grita diciendo ¡no es posibleeeeeeee! Tú no puedes ser un hombre lobo, Juan
en su habitación, araña todo lo que se le cruce en su camino y da puños a las
paredes para poder salir, Martha asustada
sale corriendo de la casa, escuchando detrás de ella el aullido del
hombre lobo a lo lejos.
Martha llega llorando a la casa y se encierra
en su habitación, no sabe si contarle a sus padres o a su mejor amigo del
secreto que había descubierto, mientras tanto Juan en su rabia logra escaparse
de su celda y en su paso hacia la ciudad, asesina a dos parejas que se
encontraban cerca de su casa en un parque, dejando un rastro de sangre y
huellas por todo el camino.
A la mañana siguiente, Juan se encuentra en
su casa, descansando en la cama, cuando se da cuenta de eso, corre a prender la
radio y el televisor para ver las noticias, las cuales anuncian el ataque de un
gran perro con rabia a dos parejas de enamorados en el parque de los
novios en la vía que de Medellín conduce
a Envigado, el se toma la cabeza y dice ¿hasta cuando esta maldición me
perseguirá?, luego toma una ducha y sale a la casa de Martha.
Al llegar allí, ella no lo quiere recibir,
pero el insiste y su mamá lo deja seguir, Martha en su habitación cree que se
ha ido y se pega un tremendo susto cuando lo ve parado cerca de ella,
haciéndole pegar un gran grito. La mamá
asustada sube y pregunta ¿todo bien, hija? Si mamá nada pasa, ella coloca la
mano derecha extendida en señal de que Juan no se le acerque, pero él le dice
que tranquila que solo le pasa eso cuando hay luna llena. Ella le pregunta ¿Qué
te paso? ¿Por qué te convierte en eso que vi anoche?, Juan se sienta en una
silla y le cuenta la historia de su vida, lo que le paso a su mujer y porque el
vino a parar a Colombia teniendo dos hijos en Alemania que lo querían mucho.
Martha no sale de su asombro, pero a la vez
siente lastima o compasión por él y le dice: yo te voy ayudar te lo
prometo. Salen de la casa, rumbo a la
ciudad a encontrarse con su amigo Veto, Juan no está de acuerdo en contarle a
él, pero Martha lo cómbense, además Veto conoce a mucha gente que nos pueden
ayudar a solucionar lo tuyo, le dice. Siguen el camino a la ciudad, en el
trayecto los dos no dicen nada solo observan el bosque y la naturaleza en su
camino.
Después de dos horas en el carro, llegan a un
edificio en pleno centro de la ciudad, su fachada era algo antigua y en él había
apartamentos y oficinas, en el primer piso una recepcionista les pregunta:
¿para donde se dirige? Vamos al apartamento del señor veto puentes, un momento
por favor; la señorita toma el citofono y se comunica con el apartamento 513,
vivienda de veto, en el vivía el joven solo ya que sus papas habían murto en un
accidente de autos, hacia ya cuatro
años. Muy bien pueden seguir, les dice la recepcionista. Ellos suben en
el ascensor y hablan de qué manera se lo van a decir; Martha dice: muy
sencillo, a el le gusta mucho las películas de terror, nos pondremos haber una
y en la mitad se lo decimos, que te parece, me parece buena idea, asintió Juan.
Al llegar al departamento, Veto abre la
puerta feliz, pues el siempre le había gustado su amiga, pero por timidez nunca
se lo había dicho; ese milagro que viene
hacerme la visita, pero su alegría se desapareció apenas vio a Juan con ella,
pasábamos por aquí y decidí venir a mostrarle este edificio a Juan, él dice que
se parece mucho a los edificios de su país, ¿no, lo muestra? ¡Claro! Con todo
gusto, esta un poco desordenado, pero pueden pasar, Juan mira todo
detalladamente y se detiene en una galería de fotos en un corredor, ve muchas
fotos de él con Martha, ¿ustedes se conocen hace mucho? Si desde que estábamos
en el colegio, ¿Por qué?, no, porque veo
que tienen muchas fotos los dos, si éramos muy buenos amigos, todavía seguimos
siendo buenos amigos.
Juan miraba cada detalle del apartamento, le
llamo mucho la atención un afiche gigante en el cuarto de Veto, era una enorme
luna llena saliendo detrás de la montaña y en ella se reflejaba un gran lobo
gris, con su cabeza alzada hacia el cielo, como si estuviera cantándole a la
hermosa luna. Piensa para él solo así me pondré yo cuando me transformo en esa horrible bestia. Mientras Juan mira los
detalles, Martha le dice a veto que le gustaría mucho ver una película de
terror, de esas que a él tanto le gusta, pero Veto desanimado le dice: no,
mejor otro día, hoy no estoy de ánimo, ella lo abraza y le da un beso en la
mejilla, él se sonríe y dice: tú si sabes convencerme, vamos, tengo una
buenísima que me regalo una amiga.
El joven se levanta todo entusiasmado y
coloca la película, para la sorpresa de Martha era de hombres lobos y vampiros,
los tres comenzaron a ver la película, mientras que ellos hablaban, se
asustaban y se agarraban de la mano, Juan se quedaba en silencio, pensando y
recordando todo lo que ya había vivido y de lo que le podría esperar si seguía
con esta maldición. Después de un rato, Martha
comenta lo bueno que sería conocer si existiera un verdadero hombre lobo, Veto
la mira y le dice: te volviste loca, esas personas no tienen control de sí
misma estando en ese transe, ella mira a Juan y le dice, no, Veto ellos son
seres humanos como tú y yo y sé que algunos si pueden controlarse, ¿Cómo lo
sabes? A caso conoces a uno en vivo y
directo, no pero lo siento así, lo que pasa es que todos los seres humanos
juzgamos muy duros, pero no vemos que esas personas que sufren de eso no son
responsable por lo que le pasa, está bien,
estoy de acuerdo contigo, pero
¿Por qué tanto interés en este tema?, Juan se levanta un poco irritado, lo coge
por el brazo y le dice bastante tiempo que compartes con un hombre lobo y no te
has dado cuenta, Martha se interpone entre los dos calmándolos, ya basta,
Martha coge a Veto y le cuenta la verdad sobre Juan, le dice que necesitan la
ayuda de él para contactar a uno de sus amigos que sabe mucho de licantropía ,
Veto no ha salido de su asombro y mira fijamente a Juan, preguntándole ¿de
verdad eres uno de ellos?, Juan asienta con la cabeza, Veto se toma su cabeza y
se sienta en un sofá sin poderlo creer todavía.